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30 de diciembre | 2022
Incluso en ambientes íntimos como la familia, donde se supone que debería reinar el amor, se dan relaciones y situaciones tóxicas que pueden afectar gravemente a los niños. Es importante que sepas distinguirlas para poder actuar en consecuencia.
Te explicamos en este post qué se entiende por familia tóxica. Presta atención a las 5 señales que indican que la familia está siendo tóxica para tus hijos y a los ejemplos de situaciones familiares que pueden considerarse venenosas para su salud emocional y formación educativa. Si observas que tu hijo a alumno ya sufre sus consecuencias, te dejamos unos consejos que te ayudarán a cuidarlo.
Sigue leyendo y asegúrate aquí de que tu hija o alumno no sufra de un mal ambiente familiar que dañe su crecimiento personal.
Lo que somos es resultado de nuestra familia, ese grupo de personas con el que eres feliz y con el que cultivas momentos llenos de amor. El concepto más básico indica que la familia es la célula fundamental de la sociedad y que está compuesta por individuos unidos principalmente por la consanguinidad.
Pero no es necesariamente así, porque en muchos casos el vínculo está basado en el afecto. Si usted no siente eso por sus parientes, puede formar parte de una familia tóxica. En estas, reina la envidia, los conflictos, abunda la falta de respeto y la tensión. No poseen normas, no existe la comunicación, ni la empatía.
Para saber cómo migrar de las relaciones tóxicas a las relaciones sanas, la recomendación es un libro electrónico de la escritora Laura Rojas-Marcos que define a la familia desde varios puntos de vista, además de la inteligencia emocional y su manejo así como las habilidades sociales y otros conceptos con los que se engrana este tema.
Como padres, debemos proveer a nuestros hijos de ambientes sanos en los que puedan desarrollarse plenamente. Por eso acá te brindamos las señales más comunes para identificar a un grupo familiar tóxico:
1. Se le hacen duras críticas al pequeño, haciéndolos sentir inferiores a los demás. Es cierto que a los chicos se les debe reprender pero debe hacerse en el marco del respeto. Las observaciones que se hagan sobre su comportamiento, sentimientos o puntos de vista, deben ayudarles a construir su personalidad y carácter con valores. De lo contrario, debe considerarse un abuso.
2. No se toman en cuenta las necesidades del niño. Esto quiere decir que los parientes no prestan atención a los requerimientos de afecto, cuidado de la salud y protección. Además, no se ofrecen las garantías básicas de alimentación, educación, vivienda, vestido y calzado.
3. Exigen el cumplimiento de tareas que no son propias de la infancia. A muchos se les impone ejercer roles que no son su responsabilidad, sobre todo en la pubertad y la adolescencia. Cuando los hábitos u oficios que se les encargan a nuestros hijos los alejan de su escolaridad y las actividades propias de su edad, definitivamente no es sano para ellos.
4. Hay un control excesivo. No es normal que alguno de los familiares quiera valerse de su parentesco para manejar la vida del muchacho. Es decir, intervenir en sus relaciones, gustos o decisiones raya en la manipulación. Principalmente, si son condicionados a recibir recompensa por actuar como ellos le ordenan, o que de ello dependería el grado de amor o apoyo que reciban.
5. No se demuestran amor. Lo más importante en cualquier relación, y mucho más en las que existe consanguinidad, es el amor. No somos perfectos, pero jamás se deben olvidar los gestos de amor hacia el resto de tus seres queridos. Para los niños, un beso, una caricia, un abrazo o cualquier otro gesto de cariño es importante. No olviden esto jamás.
En el repositorio de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), un Trabajo Final de Grado de la Facultad de Psicología, establece los perfiles psicológicos en una relación tóxica. En este se destacan cada una de las afirmaciones anteriores, aunque no está precisamente enfocado a las familias. No obstante, es válido para certificarlas.
Para entender mejor cómo se establecen las relaciones tóxicas en la familia, que pudieran afectar a los niños, aquí te dejamos varios ejemplos. Si detectas una de estas situaciones en tu hogar, debes corregirlas de inmediato.
• Incitar a los niños a actuar como adultos. Padres que endosan en el hermano mayor, responsabilidades como atender a sus hermanos. Así como obligar a los infantes a atender los oficios de cocina, lavado o cualquier otro antes de poseer las habilidades necesarias.
• No respetar o menospreciar al menor. Permitir que alguien se burle, le ataque verbalmente, le mancille o desacredite, es convertirnos en tóxicos también. No se deben aceptar apodos, contactos, ni comentarios inapropiados
El film La Ciénaga de producción española, argentina y francesa, fue estudiado por psicólogos de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) en Argentina. Esto responde a su alto contenido familiar, en el que se tocan diversas interacciones entre sus personajes; que se utilizaron como ejemplos para el predominio de procesamientos tóxicos en vínculos familiares.
Una vez que lo compruebes, debes decidir qué hacer si tu familia es tóxica. Sigue estos consejos para proteger a tu hijo de las personas dañinas que pudieran rodearlo. Lo principal es poner a tu pequeño como la prioridad, y actuar en función de ello.
• Conversar sobre los sentimientos de tus hijos con el grupo. Es importante que como representante fijes posición sobre lo que está viviendo tu hijo a causa de esas personas. Déjales claro que le están afectando y que estás dispuesto a aplicar los correctivos correspondientes porque tu prioridad es él o ella.
• A veces es mejor poner distancia. No solo física, también emocional. Si no estás en la posibilidad de alejarte o mudarte; pon límites bien claros. Es decir, evita ciertos temas, no participes de ciertas situaciones o simplemente, evítalos. No des pie a que hagan comentarios que te afecten o que insistan en irritarte.
• No intentes convencer a nadie de cambiar. Si ya has fijado posición y no ves intenciones de corregir, no asumas esa carga. No es tu responsabilidad que esa persona actúe de manera distinta, a quien debes proteger es a tu niño.
• De ser necesario, busca ayuda profesional. Una de las cosas que debes hacer si tu familia te hace sentir mal, o a tu chiquillo es cuidar su salud mental. Para ello, debes evaluar si prefiere aislarse, tiene baja autoestima o repite los patrones de toxicidad que ha visto en ellos. No pierdas la oportunidad de recomendarle al tóxico hacer lo mismo.
Puede ser difícil aceptar que vives sumergido en un ambiente tóxico, pero cuando se trata del bienestar de los más jóvenes hay que tomar decisiones trascendentales. Ten en cuenta que los problemas existen en todas las familias pero cuando se vuelven la dinámica diaria, no es saludable.
