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04 de julio | 2023
Una buena salud mental proporciona bienestar y permite potenciar adecuadamente nuestras habilidades afectivas y de aprendizaje. La salud mental afecta muy seriamente el proceso educativo de niños y adolescentes. Según los expertos, hay que diferenciar entre enfermedad mental y trastorno mental, siendo este último cualquier tipo de alteración genérica de la salud mental sin necesidad de una alteración somática.
Hay variados factores que pueden afectar la salud mental: experiencias familiares o personales, valores culturales o la propia interacción social. En la escuela se suelen observar ya síntomas de trastornos de la salud mental como hiperactividad, tristeza, ansiedad o trastornos de la comunicación. En este post te damos pistas eficaces que te ayudarán detectar trastornos de salud mental en el aula.
Diagnostica así problemas de salud mental en clase y evita sus efectos devastadores en niños y adolescentes.
Detectar en el colegio problemas relacionados con la salud mental permite al estudiante recibir una adecuada atención especializada que evite complicaciones futuras. La observación del docente es esencial para descubrir la existencia de un trastorno, lograr un diagnóstico acertado y, según sea el caso, aplicar el tratamiento adecuado. La Generalitat Valenciana ha editado en pdf una interesante 'Guía de Prevención y Promoción de la Salud Mental en el Aula'. El protocolo de detección a seguir por los docentes es el siguiente:
1. La sospecha
Los profesionales de la educación suelen contar con conocimientos básicos de sicología, por lo que será más fácil poder detectar posibles trastornos mentales en sus alumnos. La observación directa es clave para identificar trastornos de salud mental en un niño. Si existe la sospecha, se debe citar a padres o tutores para ser notificados de la situación y de la necesidad de proceder con una evaluación sicopedagógica.
De ser necesario, habrá que informar a las autoridades sanitarias sobre este hecho. El intercambio de información debe ser consentido por los padres o tutores legales del alumno. Si se negaran, se debe apelar a la normativa de protección infantil vigente cuando la situación sea verdaderamente grave.
2. Evaluación sicopedagógica
El orientador está facultado a realizar las pruebas sicopedagógicas necesarias para definir las necesidades del alumno con sospechas de trastorno mental. Durante el proceso, debe identificar la forma en la que la institución educativa debe apoyar al pequeño. La evaluación de un profesional determinará los elementos externos que inciden negativamente en la salud mental del menor y ayudará a diseñar medidas educativas en beneficio del paciente.
Según las necesidades del pequeño o de la gravedad de su situación, tendrán que aplicarse diferentes fases de la evaluación. Por supuesto que el padre o tutor legal tendrá que estar informado sobre cada etapa del proceso.
3. Informe educativo
Tras la evaluación psicopedagógica del orientador, se elaborará un informe pormenorizado sobre el procedimiento. El documento pondrá de manifiesto la situación de salud mental del estudiante y de qué manera puede recibir ayuda. Si fuera necesario, se dejará por escrito la necesidad (o no) de la intervención de la institución sanitaria correspondiente.
El orientador convocará a padres o representantes para informarles de la situación y entregarles una copia del informe del personal educativo.
4. La propuesta de derivación
Si la propuesta de derivación es entregada al instituto sanitario, este organismo pondrá a disposición del menor de edad un especialista del área de psiquiatría para ser atendido con la mayor rapidez posible. Para ello, los padres o tutores legales del afectado deben consentir la intervención de un profesional de la salud mental.
5. Detección del problema
Los servicios sanitarios están obligados a informar sobre la detección del problema y la gravedad del mismo tanto a los tutores como a los profesores del pequeño paciente. El personal docente tendrá que guardar discreción absoluta sobre el problema. Es necesario que cualquier información de los informes realizados por los especialistas se mantengan en total confidencialidad.
Hay trastornos mentales que pueden ser detectados fácilmente en el colegio gracias a la observación directa del docente:
1) Ansiedad: La ansiedad en niños se ve reflejada en sentimientos como el miedo o las preocupaciones constantes. Estas condiciones impiden un buen desenvolvimiento en el ámbito social.
2) Trastorno de Espectro Autista: Por lo general, es un tipo de trastorno que comienza a manifestarse antes del tercer año de vida. El nivel de gravedad varía. Sin embargo, el pequeño que padece este trastorno presenta problemas para interactuar con los demás y para comunicarse de manera efectiva.
3) Hiperactividad con trastorno por déficit de atención: Generalmente, un niño con esta condición manifiesta un nivel mayor de impulsividad. Además, presenta problemas graves de atención e hiperactividad.
4) Trastornos alimenticios: Un niño con este tipo de problemas manifiesta una excesiva preocupación con su peso corporal. Además, refleja una rápida y significativa disminución de su masa corporal. Normalmente, se impone dietas estrictas y sus hábitos alimenticios cambian de manera rigurosa.
5) Depresión: Un niño con depresión pierde el interés por las actividades cotidianas lo que le lleva a una profunda tristeza. Afecta al buen rendimiento en el colegio y a la interacción con sus compañeros.
6) Esquizofrenia: Una persona con esquizofrenia suele perder la noción de la realidad. Este trastorno mental, que se manifiesta en la adolescencia, provoca alucinaciones, trastornos del comportamiento y del pensamiento o delirios.
Si el trastorno mental no es detectado a su debido tiempo, los efectos podrían ser devastadores. Los niños con trastornos podrían demandar mayor atención por parte del personal docente y, sin duda, eso retrasaría el avance de las asignaturas. Un docente que tiene un estudiante con problemas de salud mental experimentará situaciones de estrés, ansiedad o hastío, mucho más si no tiene clara la situación del menor.
El rendimiento académico, por supuesto, del menor de edad estará por debajo de la media. Cuando un pequeño se enfrenta a este tipo de problemas, difícilmente socializará con el resto de sus compañeros, lo que puede afectar severamente la dinámica de trabajo con el resto de la clase.
Ante el complejo panorama en torno al trastorno mental en niños, los colegios han puesto especial atención en esta situación. Por lo mismo, han diseñado estrategias para lograr un diagnóstico temprano y efectivo. De esta manera, tendrán la oportunidad de actuar de manera oportuna para lograr el bienestar del pequeño afectado y el de sus compañeros.
