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12 de julio | 2022
Las rúbricas se han convertido en una nueva forma de evaluación educativa más alla de la forma tradicional de evaluar con números o letras. Las rúbricas de evaluación permiten medir de manera más completa el aprendizaje de los alumnos y a estos, ser más conscientes de sus avances.
En este artículo te explicamos cómo hacer una rúbrica de evaluación infantil e implementarla en el aula. Recuerda que existen herramientas digitales (e-rúbricas) disponibles online que te ayudarán en esta tarea. Podrás también complementarlas con listas de cotejo (evaluaciones de sí o no). Además, encontrarás los dos tipos de rúbricas de evaluación (analítica y holística) más utilizadas.
Conoce los diferentes instrumentos de evaluación existentes (herramientas digitales)y haz que tanto tus alumnos como tú se beneficien de criterios claros para medir su aprendizaje.
La rúbrica de evaluación es un instrumento que permite al docente evaluar el desempeño de los alumnos, sus aprendizajes y labores realizadas. Se ha situado como una alternativa a la calificación educativa tradicional, donde solo se valora el avance a través de números o letras.
Es por ello que actualmente se usan rúbricas de evaluación primaria, que permiten observar paso a paso y analizar el avance de los niños en el aula. Es un método completo que establece pautas de apreciación.
En un eje de la matriz se incorporan los criterios de evaluación y en el otro una escala de valoración por niveles, desde lo inferior a lo superior.
Encontramos ejemplos de rúbricas de evaluación con escalas de pasable, regular, bien, excelente; básico, intermedio, avanzado, sobresaliente; en desarrollo, elemental, competente, experto.
Esta hoja de ruta donde se plasman las tareas o actividades también muestra las expectativas del docente; de manera que se incrementa la objetividad en la evaluación y los estudiantes tienen la oportunidad de autoevaluarse, además de monitorear su propio desempeño.
Cómo hacer una rúbrica de evaluación es un mecanismo simple que solo necesita dos aspectos: en primer lugar los criterios de evaluación o indicadores, relacionados con los objetivos del aprendizaje y elementos que el docente considere valorar sobre las tareas realizadas.
En segundo lugar, la escala de calificación o niveles de logro, donde se determina el peso para cada grado de dominio. Como mencionamos antes, se manejan estándares de inferior a superior con palabras como regular, intermedio, competente, experto.
Toda vez que tengas ambos aspectos claros, se arma un cuadro donde en la primera columna van los criterios de evaluación y en la primera fila los niveles de logro.
En los cuadros que quedan de cruzar ambos ejes se ubican los descriptores para cada grado de dominio alcanzado, según el objetivo perseguido.
Esta área deber ser muy específica; por ejemplo, en una rúbrica de evaluación infantil nos podemos encontrar en los cuadros centrales con los siguientes estándares: “el niño logra leer la mayor parte del texto de forma seguida” para el nivel “aceptable” o “el niño no lee de forma continua” para el nivel “deficiente”.
En cuanto a las e-rúbricas, que se crean en entornos virtuales a través de herramientas digitales, puedes escoger el patrón que se ajuste a tu mecanismo evaluativo y tienen la ventaja de la inmediatez.
Es decir, al establecer una sintonía con el estudiante se pueden analizar y discutir los resultados de forma más rápida, hay retroalimentación inmediata. Por tratarse de formatos gratuitos en su mayoría, o licencias de bajo costo, han sido muy demandadas en estos tiempos de educación online.
Existen dos tipos de rúbricas de evaluación que se pueden utilizar, siendo una de ellas la más específica en cuanto al desempeño del estudiante.
• Rúbrica analítica: Se desglosa cada parte del desempeño, como las fortalezas, debilidades o estado de avance, a fin de que el estudiante pueda identificar sus capacidades, habilidades, retroalimentarse y mejorar. Esta rúbrica para evaluar es la más usada.
• Rúbrica holística o global: Se realiza la valoración de manera general sin detallar cada componente, pues lo que se observa es la calidad de lo logrado. Aunque es más fácil para calificar, el proceso de autoevaluación del estudiante es limitado ya que no especifica cada parte del desempeño. Se elabora con el mismo procedimiento de la analítica, un cuadro con dos ejes, pero en la primera columna van los niveles de logro y al lado de cada uno se describe de forma general según el criterio evaluado.
Estos instrumentos de evaluación, sea la analítica u holística, tienen un buen alcance y promueven el 'feedback' con los alumnos. Pero antes de aplicarlo es conveniente que el docente lo explique y haga partícipe al estudiante.
Si es la primera vez que se adopta tal mecanismo, es necesario aclarar el significado de rúbrica, su función y el porqué de tomarla en cuenta como herramienta de validación.
Después, cada criterio debe explicarse para que el estudiante sepa las expectativas del docente o aspectos a evaluar por asignación a realizar. De esta manera, todos pueden tener claro los ítems que deben cumplir a lo largo del proceso evaluativo.
Respecto a ese proceso de evaluación, es importante identificar cada objetivo que se busca en la dinámica de enseñanza – aprendizaje, así como los momentos claves donde se estará haciendo la calificación de las tareas, que es la rúbrica para evaluar.
Si se da el caso puntual de una rúbrica para evaluar un trabajo escrito, el docente tendrá que informar sobre los estándares que va a tomar en cuenta al momento de la calificación; por ejemplo, ortografía, gramática, contextualización, profundidad del contenido, extensión.
Listas de cotejo
También se debe manifestar al alumnado si en vez de rúbrica se van a llevar listas de cotejo, las cuales son otro tipo de herramientas para evaluar pero más directas, sin descripción del nivel de avance sino dos resultados: sí o no.
Como ejemplo de lista de cotejo para evaluar el nivel de participación, están los criterios: participa activamente, desarrolla el tema en discusión, expone sus ideas con claridad, utiliza palabras adecuadas. Todo ello con el resultado sí o no; después se procede a la valoración de criterios con números.
Es bastante funcional la lista de cotejo para evaluación, ya que permite apreciar los logros alcanzados sin dar cabida a las ambigüedades.
• La rúbrica docente da la oportunidad a los estudiantes de verificar su avance y mejorar el desempeño.
• Por su formato detallado los alumnos pueden autoevaluarse, inclusive evaluar el rendimiento del compañero.
• La retroalimentación es inmediata.
• Permite al docente hacer seguimiento al nivel de desempeño.
• Se identifican fácilmente las debilidades y fortalezas, aciertos y errores.
• Ofrece una evaluación objetiva para cada indicador y grado de dominio.
La evaluación formativa y continuada es lo que hace más atractivas las rúbricas de evaluación. Es decir, el docente podrá tener un paso a paso del desempeño que le permitirá optimizar las estrategias de enseñanza y el estudiante podrá ser consciente de su avance en el aprendizaje.