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24 de marzo | 2023
Los niños, o chavales en general, suelen tener momentos de intranquilidad o nervios en los que resulta casi imposible calmarlos tanto en lugares públicos como en casa, impidiéndonos, muchas veces, realizar nuestras tareas. En esos momentos, hay padres que recurren a las tabletas, móviles, televisores u ordenadores para relajarlos con vídeos, música o juegos. Es comprensible pero no es la mejor solución.
La exposición de los más jóvenes a las pantallas tiene sus riesgos. Pueden producir falta de sueño, adicciones, escaso desarrollo de habilidades sociales, obesidad o quedar expuestos a ciberacoso o depedradores sexuales. Sí, suena alarmista, el uso de las tecnologías de la información también tiene un lado positivo, pero hay que ser muy consciente de estos potenciales peligros.
En este artículo te señalamos 10 ideas para calmar las emociones de tus hijos sin recurrir al móvil o similares evitándoles todos estos riesgos.
1. La risa funciona para todas las edades
Padres y madres, hagan reír a su pequeño. Estimula el corazón e incrementa las endorfinas. Al mismo tiempo, los pulmones optimizan su funcionamiento igual que el cerebro porque mejora la absorción del oxígeno. Por otro lado, a largo plazo mejora el sistema inmune, cambia su estado de ánimo y el sentido del humor.
Los chistes y caras graciosas, hacer bromas o cosquillas, en el caso de los más pequeños, son ideales para provocarles grandes carcajadas.
2. Un estimulante masaje
El uso del masaje como técnica de relajación para niños ha dado buenos resultados, inclusive en casos de déficit de atención e hiperactividad. Sus efectos han sido tan positivos que ambas condiciones disminuyeron en pequeños a los que se aplicó esta terapia. Si lo ves ansioso, recuéstalo, frótale la espalda o los pies y verás cómo se calma.
3. Estirar los músculos para reducir la tensión
Una alternativa frente a los masajes es el estiramiento, una de las actividades ideales para relajar a niños mayores de 4 años. Con el estiramiento se libera mucha tensión, además de mejorar la flexibilidad, su capacidad motora y se alivia el estrés de los músculos.
4. Un gran baño para reiniciar la mente
El momento del baño ayuda al desarrollo físico y emocional del pequeño. Asimismo, le provee de experiencias multisensoriales, así que no desaproveches para realizar juegos y ejercicios. El agua, sea de tina o regadera, da una impresión de frescura y bienestar que ayuda a dormir mejor. Además, ayuda a crear vínculos entre padres e hijos, en el caso de los bebés.
5. Colores y dibujos para bajar los niveles de estrés
La creatividad se activa al 100% cuando los niños colorean o dibujan, ya que el cerebro se desconecta de todo lo que hay a su alrededor. Por sus resultados relajantes, se utiliza en psicología como un atenuante contra la intranquilidad. Garabatear aporta efectos emocionales y cognitivos que les sirven para tomar conciencia sobre sí mismo.
Las mandalas son perfectas para los que están en el rango de siete a nueve años, fomenta la concentración y les permite desarrollar la paciencia y controlar su cuerpo. Los padres pueden imprimir algunos para que pinten a su gusto.
6. Disfrutar de la música y dejarse llevar
La música instrumental es una excelente opción, así como la clásica, aunque no se puede dejar de lado el gusto de los pequeños. Sea cual sea el ritmo, la música calma y alivia problemas de insomnio. Además, le ayuda a librarse de posibles miedos, desarrollar la imaginación y estimula su cerebro.
7. Respirar profundamente: Yoga para niños
Con los ejercicios de relajación y respiración, los niños de 9 a 12 años podrán equilibrar sus emociones y vencer cosas como el tartamudeo, los tics y la timidez. Por ejemplo, con sesiones de relajación muscular progresiva de Jacobson pueden trabajar de manera focalizada desde la cabeza hasta los pies.
Otra opción puede ser el Yoga. Prueba con las posturas más sencillas y controla su respiración: bocanadas profundas de aire y expiración lenta. Les ayudará mucho después de un día de escuela o una experiencia estresante. No obstante, puede convertirse en una rutina sin problema.
8. Un momento para jugar libremente
Si notas que su conducta no está bien o sientes que necesita drenar energías, sácalo al parque y déjalo jugar a lo que quiera. No importa si quiere ensuciarse, saltar y explorar libremente, sin reglas. Ellos tienden a estresarse mucho más por las normas que les imponemos los adultos y eso los pone aún más nerviosos.
9. Muchos abrazos y besos
El amor todo lo cura, eso no es solo una frase. Antes de poner a prueba todos estos consejos, prueba con el contacto físico. Abraza a tu hijo o hija, diles cuanto les amas, lo importante que son para ti, cuéntales una historia, acurrúcaos en la cama. Salgan y recuéstense a visualizar las nubes, contemplen el panorama, eso sí, abrazados, tomados de la mano, queriéndose.
10. Mindfulnesss
El mindfulness ayuda a los niños a conocerse en profundidad: llevar las emociones negativas a un punto neutral e impulsar las que los hacen más felices hasta el índice más alto. Su función es que logren reaccionar de una manera diferente a situaciones contrarias. La idea es conseguir que ellos reflexionen en armonía y encuentren una actitud positiva ante todo.
El uso indiscriminado de las pantallas electrónicas puede causar efectos negativos en niños y adolescentes. Entre los riesgos para su salud se puede mencionar la falta de sueño. Sucede incluso en bebés, pues pueden percibir un sobreestímulo y retrasar o interrumpir las horas de descanso.
Por otro lado, los niños entre 4 y 9 años de edad pueden desarrollar obesidad. Así como retraso en el aprendizaje de las habilidades sociales, debido a la falta de interacción con otras personas. En la escuela también puede verse afectado su desempeño, bien sea por descuido de sus deberes escolares o por hacerlos mientras están con el teléfono móvil.
En lo que se refiere a la conducta, los pequeños pueden tornarse problemáticos, pues imitan a los personajes que siguen. Sucede hasta la adolescencia aunque, según van creciendo, los programas y contenidos que los entretienen son diferentes. Por eso, se debe mantener una cercana supervisión de los sitios a lo que acceden.
El acceso a redes sociales les expone a menudo a temas para los que muchas veces no están preparados: tabaquismo, drogas, sexo y violencia. Si los padres no vigilan esta situación los chicos pudieran incurrir en esas prácticas tempranamente. Incluso pueden llegar a correr peligro pues existe una gran cantidad de depredadores sexuales, además del acoso cibernético.
Lo importante a la hora de relajar a los niños, es no perder la calma. Como ves, hay muchas opciones para entretenerlos y bajar sus niveles de hiperactividad. Recuerda, son niños y los móviles y demás dispositivos electrónicos hacen que se pierdan muchas cosas que deberían experimentar.