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10 de enero | 2023
Un orientador laboral es la persona que se ocupa de evaluar las posibilidades de carrera o empleo de otra ateniéndose a sus gustos, habilidades o formación. Para ello, se basa en entrevistas personales o la elaboración y evaluación de diferentes tipos de tests. Con la máxima información sobre la persona a la que orienta, y el conocimiento profundo del mercado de trabajo, elabora un plan o camino profesional de ese candidato.
En este artículo encontrarás las principales funciones que cumple el orientador laboral. Además, aquí hallarás las 5 competencias clave (relaciones o emocionales) que debe tener un orientador laboral, las numerosas salidas de este perfil profesional y las herramientas digitales que debe manejar.
Si deseas trabajar como orientador laboral, este post es para ti. Sigue leyendo y descubre de manera sencilla cómo abrirte camino en una profesión que está en constante crecimiento.
Los orientadores laborales son aquellos que sirven de guía y acompañamiento, durante la etapa de evaluación y selección de opciones de empleo. Este proceso suele ser de gran importancia ya que es una decisión que impacta directamente en el plan de vida y de carrera del individuo.
El propósito de contar con una figura de orientación es asistir a las personas, de tal manera que puedan definir su ruta educativa y profesional, de manera realista, planificada y objetiva.
Como miembro de la Unión Europea, y basada en la legislación educativa y de formación, por ejemplo, España es uno de los países que destaca que la orientación es imprescindible en el transcurso de la vida de sus ciudadanos ya que les proporciona el autodescubrimiento de sus capacidades y competencias laborales.
Dentro de las principales funciones que debe cumplir un orientador laboral se encuentra la de fomentar el autoconocimiento del individuo, considerando sus motivaciones, aptitudes, intereses y destrezas. Esto se logra mediante la aplicación de herramientas de evaluación, tales como pruebas psicométricas o test vocacionales.
Ofrece asesorías durante la búsqueda de empleo así como en el desarrollo de nuevas competencias profesionales de los trabajadores a fin de que mejoren su empleabilidad. Los orientadores también brindan asistencia para rellenar solicitudes de vacantes; en la redacción de currículum; en la presentación de entrevistas de trabajo; dan apoyo a desempleados o a quienes desean dedicarse a otra profesión u oficio.
Igualmente, presta su colaboración a instructores y empleadores, instituciones públicas y empresas, trabajando de forma coordinada para alcanzar, de manera conjunta, el ejercicio eficaz del proceso de la orientación.
La correcta práctica de la orientación debe considerar ciertos elementos que son imprescindibles para tener los mejores resultados. De acuerdo a un estudio publicado en La Revista Española de Orientación y Psicopedagogía, “Análisis de las competencias del orientador profesional: implicaciones para su formación” (desarrollado por La Universidad Nacional de Educación a Distancia), si queremos delinear una formación específica para el perfil de orientador profesional, tenemos que identificar sus competencias.
A continuación, te presentamos las 5 más esenciales:
1. Competencia emocional
Como ser humano siempre estamos expuestos a la sensibilidad y a un sinfín de emociones. Sin embargo, para lograr un equilibrio y la objetividad en los procesos orientativos, se debe tener un manejo adecuado de las emociones que puedan surgir en algunos casos.
El autocontrol es fundamental para no caer en el terreno de las reacciones adversas, conflictos u hostilidad. La empatía es valorada para saber comprender a los demás. La tolerancia a la frustración permite que sigamos adelante a pesar de los obstáculos. Estas habilidades fomentan el imperioso desarrollo de la inteligencia emocional, a fin de brindar un apoyo efectivo y una atención de calidad completa.
2. Competencia relacional
Esta es la habilidad que tienen las personas de mantener relaciones armoniosas, especialmente en los entornos laborales. La capacidad de saber servir es primordial para el orientador laboral, pues su misión es ayudar a satisfacer las necesidades de los demás.
El contacto adecuado con terceras personas implica tener capacidad de escucha, conocimiento de sus costumbres, practicar la cordialidad, la reciprocidad, la confianza, el reforzamiento positivo y el poder de generar influencia para lograr ser agentes de transformación.
3. Competencia de gestión de tareas
Esta área aborda la manera de afrontar las asignaciones laborales. La organización y planificación permiten coordinar diferentes tareas y establecer un orden de prioridad para lograr el cumplimiento de los resultados establecidos.
El orientador debe tener la capacidad de analizar y recabar la información que tiene a su alcance; realizar su seguimiento y control de datos, para registrar los casos que maneje de manera sistemática, práctica y clara. Su flexibilidad para adaptarse, capacidad de respuesta y de toma de decisiones son premisas que debe tener presente.
4. Competencia de aprendizaje
Esta destreza tiene que ver con la capacidad de organizar determinado aprendizaje tanto en contextos individuales como en contextos grupales (académicos o en organizaciones). La capacidad de innovación, la necesidad de profesionalidad y el abordaje creativo también son esenciales dentro de los conocimientos adquiridos.
Las herramientas tecnológicas para el manejo de la información y la comunicación son de suma relevancia hoy día para muchas profesiones. El orientador Laboral debe tener dominio de éstas, para la elaboración y difusión de documentos, entre muchas otras funciones.
Internet, el correo electrónico, los equipos informáticos, las plataformas digitales para subir o almacenar archivos, las redes sociales, todos son elementos que conforman la realidad 2.0 que acompaña al mundo actual, y deben estar presentes en el perfil del orientador.
El constante aumento de las demandas del mundo laboral, la importancia de la trayectoria profesional en la vida de toda persona y los obstáculos que pueden presentarse para obtener un puesto de trabajo, son algunas razones por las que trabajar como orientador laboral gana relevancia en la actualidad.
La economía globalizada y el impacto del desarrollo tecnológico hacen que las oportunidades en el mercado de trabajo sean cada vez más cambiantes. Además, existe una brecha abismal entre el proceso de aprendizaje y la práctica, lo que pone en situaciones de incertidumbre y ansiedad tanto a los jóvenes que deben decidir a qué dedicar sus vidas como a adultos que quieran tomar rumbos distintos.
Por ello, la guía y el acompañamiento de expertos son cruciales en una sociedad exigente y que no se detiene, ya que han surgido nuevas formas de organización del trabajo y de supervisión del trabajador.
Como ya lo mencionamos, la era de la web 2.0 se compagina con la práctica del orientador laboral para facilitarle la tarea de ayudar en la búsqueda de vacantes a la población desempleada.
Presentamos a continuación dos herramientas digitales que son de gran utilidad y se encuentran disponibles en la red:
• Formularios de Google Drive: Son útiles para la recopilación de datos y organizarlos en documentos sistematizados como Excel. Pueden compartirse por correo electrónico con el usuario para que rellene los campos requeridos antes del encuentro con el orientador.
• Test de intereses profesionales: Recomendada para los jóvenes en búsqueda activa de trabajo que no tienen una aspiración exclusiva. Realiza una comparación entre los intereses de la persona y los trabajos que guardan relación con éstos, lo que sirve de punto de partida para ejecutar una búsqueda personalizada de inclusión laboral.